No es tan difícil cuando has sufrido sus abusos. Tras el descarte, todos topamos de una forma u otra con el vocablo "narcisismo", momento en el cual nos preguntamos: ¿de verdad he estado en relación con un o una narcisista?
Muchas víctimas se hacen, reiteradamente, esta misma pregunta. Si tal es tu caso, es normal que dudes, por más que leas y busques información, no siempre es fácil identificar el trastorno que sufre el agresor, ni el abuso que has sufrido, máxime si estás todavía bajo los efectos de la disonancia cognitiva.
Lo fundamental, más allá de los diagnósticos, es que sepas reconocer si mantienes, o has mantenido, una relación abusiva que ha afectado severamente tu autoestima y tu integridad emocional y psicológica. Para lograrlo conviene que te preguntes cuáles son las características de tu relación con esa persona. Ello está a tu alcance, y es un buen indicador de la toxicidad del vínculo que has establecido con ella.
Existen una serie de preguntas que pueden servirte de orientación a la hora de calificar la relación que has vivido, o vives, con esa persona que, probablemente, sufre de narcisismo patológico. Tómate tu tiempo para contestar, no se trata de evaluar hechos puntuales, sino de descubrir el patrón o la tendencia que predomina en tu relación.
1. ¿Es una relación desbalanceada, es decir, todo gira en torno a él o ella, y tus necesidades y sentimientos están siempre en segundo plano?
2. ¿Es una relación intensa, a veces frenética, pero sin real intimidad, la comunicación no es fluida, sientes que la conexión emocional no es reciproca?
3. ¿Es una relación hueca, tienes sensación de vacío y tristeza, no hay espacio para hablar de tus proyectos personales, ni recibes la nutrición emocional que necesitas?
4. ¿Es una relación intrusiva, esa persona una y otra vez está en tu mente, traspasa tus límites personales, coarta tu autonomía, roba tu tiempo, tu atención, tus recursos, invade tu psiquis?
5. ¿Es una relación manipuladora, aprovecha de tus vulnerabilidades para lograr sus propósitos, sientes que estás bajo su control y que siempre termina imponiéndose su voluntad?
6. ¿Es una relación rígida, la toma de decisiones está monopolizada por él o ella, no hay flexibilidad, sus ideas son fijas y rara vez matiza?
7. ¿Es una relación agotadora, él o ella demanda continua atención, te sientes exhausto, ansioso, como si se te exigiera que demostraras a cada momento tu valía?
8. ¿Es una relación ambigua, la persona aparece y desaparece, no sabes nunca lo que hay en su mente, se comporta de manera contradictoria?
9. ¿Es una relación opresiva, a veces te sientes explotado y utilizado, su modo de actuar te hace sentir inferior, continuamente te está recordando tus fallos y tus defectos?
10. ¿Es una relación desconcertante, con frecuencia te sientes confundido, su comportamiento es impredecible, abundan los momentos de drama y de tensión?
Si has respondido afirmativamente a todas o a la mayoría de estas preguntas, no te quepa duda: te has relacionado con una persona sumamente tóxica y abusiva, con toda probabilidad con un o una narcisista.
Si es este tu caso, toma en cuenta que los narcisistas siguen un patrón fijo de comportamiento en sus relaciones, y que se sostienen psicológicamente abusando de los otros. Esto no va a cambiar, ni contigo ni con nadie. Hagas lo que hagas, digas lo que digas, un escorpión actúa siempre como un escorpión porque esa es su naturaleza.
Esperar que un escorpión se comporte conmigo de manera diferente, por ejemplo como una mansa ovejita, es ingenuo y peligroso.
Con un narcisista no hay soluciones intermedias, ni acuerdos posibles. Estas personas irrespetan continuamente la palabra que dan, juegan con las expectativas de sus víctimas, y combinan momentos de buen trato con comportamientos pasivo-agresivos, y con agresiones en toda regla.
Así encubren el abuso, y mantienen a la otra persona colgada y confundida. Necesitan hacerlo así porque se alimentan del dolor emocional de su víctima, de su destrucción.
Ni siquiera es algo personal contigo, el narcisista vive encerrado en su guión perverso, él no te ve como una persona, sino como una extensión de sí mismo, una cosa de su propiedad.
Las soluciones vendrán siempre de tu parte: comprender el narcisismo patológico y el abuso que has sufrido; decretar el Contacto 0, siempre que sea posible, y aprender a no reaccionar emocionalmente, es decir, el método de la piedra gris.
Una relación con un narcisista es siempre un atentado contra el supremo bien que encierra tu vida: tu dignidad.